La Llotja de Palma acogerá «Mar Interior» del artista portugués Pedro Cabrita Reis en el marco de la Nit de l’Art y se podrá visitar hasta el próximo mes de febrero. La propuesta ha sido concebida especialmente para el espacio de la Llotja, una de las obras maestras de la arquitectura gótica en Mallorca construida por Guillem Sagrera, que reabre con esta obra sus puertas a la cultura.

En una referencia inevitable a la manera con la que se conocía al Mediterráneo en la cultura clásica, “Mar interior” mantiene un sólido rigor conceptual y formal para generar una obra cuya fuerza reside en una sencillez que sólo es aparente, mientras descarta cualquier tipo de futilidad decorativa, recursos tramposos o amaneramientos innecesarios. Un mar de potente luz blanca, una creación sublime y mínima, que cambiará la percepción del espacio a la vez que se integra en él.

La exposición es fruto de una estrecha colaboración entre el Govern de les Illes Balears, el Ajuntament de Palma y la galería Kewenig, y formará parte del programa oficial de la Nit de l’Art. El montaje por parte del artista portugués comenzará el lunes 4 de septiembre en la antigua sede del Colegio de Mercaderes y se inaugurará el próximo 15 del mismo mes.

PEDRO CABRITA REIS

(1956)

Vive y trabaja en Lisboa, su ciudad natal. Como uno de los artistas portugueses más prestigiosos de nuestros tiempos, su trabajo ha transformado la comprensión de la pintura y de la escultura en su país desde la década de 1980. Pedro Cabrita Reis es ampliamente conocido por sus obras a gran escala en las que utiliza materiales de construcción como ladrillos, tiras de aluminio, puertas o ventanas. Desde sus inicios, el tema central de las obras del artista ha girado en torno a los lugares ocupados por el ser humano y sus delimitaciones.

Cabrita, que se define a sí mismo como un «recolector de recuerdos», se inspira sobre todo en sus paseos por las ciudades, donde absorbe todas las vivencias: desde los fragmentos de las conversaciones que escucha hasta partes de la arquitectura u objetos abandonados que observa. Sus obras son, pues, representaciones del mundo en el que vivimos, fragmentos descontextualizados de la vida cotidiana.

Al trabajar con medios mínimos, el artista reduce sus obras a su esencia; su quietud melancólica acoge la introspección y la serenidad. Buscando la belleza en las cosas más sencillas, Cabrita descubrió también la luz pura como material para construir sus obras y, desde principios de los años 90, creó numerosas obras basadas en la luz, principalmente con tubos de neón.

Formado como pintor, este medio ha sido siempre la base de su amplia creación incluso en sus obras tridimensionales, que considera pintura o dibujo en el espacio. Desde 2019, Cabrita ha vuelto a su punto de partida. Mientras sus esculturas derivan del paisaje industrial, en sus últimas pinturas y obras sobre papel vuelve la mirada a su entorno natural, siempre fiel a su principio del “mínimo gesto”.

Desde 1979, Cabrita ha dedicado toda su vida al arte. Su primera exposición internacional tuvo lugar en Amberes, en 1987, y desde entonces su obra se ha expuesto en numerosas instituciones de todo el mundo, como la Tate Modern de Londres y la Hamburger Kunsthalle de Hamburgo. Forma parte de colecciones de renombre como el Museum Folkwang de Essen, Alemania, y el MUDAM, Musée d’Art Moderne Grand-Duc Jean, Luxemburgo. En 1992, Cabrita participó en la Documenta IX y en 2003 representó a Portugal en la 50ª Bienal de Venecia.

Propietario de una importante colección de arte, Cabrita apoyó con ahínco la obra de un gran número de artistas portugueses emergentes durante la década de 1990, cuando su propia reputación crecía a escala internacional. Este conjunto de obras es ahora propiedad de la Fundación E.D.P. de Lisboa.

Todas las fotos de Pedro Cabrita Reis durante su visita a La Llotja de Palma son de Bruno Daureo